Él

Un amor olvidado que en realidad nunca dejó de existir.

martes, 5 de abril de 2011

Un barco de Amor Eterno.-

Vi como aquella extraña mujer se subía al barco y entraba en el camarote contiguo al mío. Digo extraña porque no parecía ser de esas mujeres que navegan solas. Era guapísima pero iba vestida con un look muy peculiar. Empezando por su peinado:dos trenzas rubias muy cortas y con una mecha rosa en el flequillo, que llevaba de lado. Vestía una camiseta en la que se podía leer claramente “I don´t need you” y una minifalda vaquera con un poco de vuelo. Sus largas y delgadas piernas estaban cubiertas por unos calentadores a rayas, que terminaban en unos tenis fluorescentes. Tan solo llevaba dos maletas en las que se leían sus iniciales :R de W.
En ese momento quise conocerla pero, como si me leyese el pensamiento, entró en el camarote y no volvió a salir. No volví a verla hasta el día siguiente, en la piscina. Recuerdo que llevaba puesto un pareo transparente y la llamativa parte de arriba del bañador. Estaba fumando. Cuando se dio cuenta de que la estaba mirando, sonrió, me guiñó el ojo mientras soltaba el humo del cigarro y se dio la vuelta.
En ese instante decidí que desapareciese mi timidez y me dirigí a ella.
-Hola-le dije-estoy en el camarote contiguo al tuyo. Me llamo Jonh, Jonh Kids. Ya que navego solo en este barco, me gustaría conocerte un poco, no se charlar. ¿Cómo te llamas?
-Pues si que eres decidido-volvió a sonreír-ya se que duermes a mi lado, te he visto varias veces. Me llamo Rebeca, Rebeca de Winter.
Su sonrisa era preciosa. Rebeca de Winter, un nombre precioso para una chica preciosa, como ella.
-¿Te apetece un zumo? He oído que los de esta zona son los mejores.
Para mi sorpresa se rió y aceptó. Lo había conseguido, vencí mi timidez y como consecuencia tenía una cita con la increíble y maravillosa Rebeca.
Estuvimos hablando toda la mañana. Teníamos muchos gustos en común y a los dos nos gustaba mucho hablar. Luego, sobre las tres, ella se fue a cambiar de ropa y comimos juntos. Mientras yo devoraba un muslo de pollo al horno, ella, simplemente, comió una ensalada, pero, así son las mujeres. Después de comer, también pasamos la tarde juntos. Pero descubrí pocas cosas de Rebeca. Que era soltera, que vivía en España y que no tenía hermanos. En ningún momento me habló sobre sus padres o sobre en que trabajaba ni nada, pero me dio igual, la admiraba y estaba empezando a quererla.
Me fijé en que Rebeca fumaba mucho, pero de una forma muy sensual. También observé que siempre dejaba una mancha del carmín rojo pasión de sus labios en el filtro, aunque nunca se desmaquillaba.
Esa misma tarde, Rebeca me invitó a ir con ella al bar-karaoke esa misma noche. Sin dudarlo ni un solo segundo, acepté. Quedamos a las nueve.
Intenté vestirme lo mejor que pude, para estar a las nueve en punto en la esperada cita, donde Rebeca ya me esperaba, sentada en una mesa, con las piernas cruzadas y fumando de esa forma tan sexy. Estaba deslumbrante.
Al sentarme me sonrió:
-Hola, que guapo estás-dijo con su habitual sonrisa que me derretía-¿Sabes por qué te he traído aquí?-añadió soltando el humo de su sensual manera.
-No se me ocurre- le contesté.
-Quería contarte un secreto-dijo levantándose y apagando el cigarro en el cenicero de la mesa.
Se acercó a mi, puso sus rodillas en el suelo y sus manos sobre las mías. El corazón me latía a mil por hora. Su sensual mirada y sus rojos e imponentes labios estaban cada vez más cerca, y más, y más…hasta que me besó. Dulce, pausada y sensualmente.
-Soy cantante-me susurró.
Entonces se levantó y rápidamente subió al escenario a cantar.
Cuando empezó a sonar la música, supe perfectamente que canción era:”Moon River” de la banda sonora de “Desayuno con diamantes”, mi película favorita. Pero cuando ella empezó a cantar fue como si el mundo se parase y el único sonido que existía era aquella voz contralto que cantaba como Audrey Hepburn. 

Cuando terminó, me miró. Tenía una mirada de complicidad y felicidad. Sonrió y volvió hacia la mesa, me cogió de la mano y me dijo: “Ahora, juntos”
Sin darme cuenta estaba subido al escenario y con un micrófono en la mano.
-¿ te sabes la canción de “La bella y la Bestia”?
Asentí.
Entonces suspiré, cerré los ojos y la música empezó a sonar. (…)
Al terminar la canción, Rebeca me llevó fuera del bar-karaoke, a la azotea del barco. Allí se podían ver las luces de las ciudades de la costa.
-¿Sabes? Me siento como Audrey Hepburn en “Charada”, cuando Cary Grant y ella se enamoran en un barco como este pero por las aguas del Senna, y cuando están así colocados en la barandilla, se besan apasionadamente y se confiesan su amor.-me dijo
-Es una de mis películas favoritas, de hecho, Audrey Hepburn es mi actriz predilecta, y, para mi, su mejor película es “Desayuno con Diamantes”, y tu has cantado su banda sonora hace un rato-le contesté.
-Si, “Moon River”, que coincidencia, Audrey Hepburn también es mi actriz favorita y, junto con “Vacaciones en Roma”, “Desayuno con Diamantes” es mi película preferida.
-Pues si, la verdad, menuda coincidencia. Oye. ¿Sabes que estamos desaprovechando esta bella vista?
-¿Perdón?
-Pues sí, como has dicho antes, en “Charada”, Audrey y Cary se besan en una escena muy similar a esta, una chica bonita, un cielo estrellado…Es un auténtico desperdicio.
Se quedó callada mientras encendía un cigarro. Le dio una calada, sonrió, echó el humo y, sensualmente, me susurró:
-“Pues bésame”.
En ese momento, Rebeca se convirtió en la mujer de mi vida. Desde ese beso no nos separamos jamás en la vida, enamorados como estábamos. No siquiera cuando el “Amor Eterno” se chocó contra un arrecife y se hundió con todos sus pasajeros dentro. Esta tragedia ocurrió el 26 de mayo de 1986.

R de W.

PD: Rebeca de Winter y Jonh Kids huyeron del Amor Eterno para confirmar su amor y casarse el 25 de mayo de 1986, robando una lancha auxiliar y navegando hacia la puesta de sol.


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